Dejó todo

Por Cornago Gonzalo

Luchó desde el primer hasta el último día. La nogoyaense Ana Gallay es, sin lugar a dudas, la bandera del beach voley en Argentina. En todos y cada uno de los logros que este deporte ha obtenido, la nogoyaense fue protagonista: llevó por primera vez la disciplina a un Juego Olímpico: en Londres 2012, junto a Virginia Zonta. Fue la primera deportista que ganó una medalla en la especialidad en un Juego Panamericano: Oro en Toronto 2015, junto a Klug. Fue la primera deportista argentina que participó en el circuito mundial. Junto a Fernanda Pereyra logró la medalla de plata en Lima 2019 y se clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde por primera vez en la historia, este deporte tuvo representación en ambas ramas, tanto en Beach como en Indoor.

Ana Gallay es sinónimo de Beach Voley. Obsesiva, meticulosa, mandona y de una tenacidad inquebrantable. La luchadora revolucionó este deporte en la Argentina.

Gallay no solo se ocupó de jugar, de buscar sponsors y encontrar la manera de que las giras sean lo más redituables posible, sino que también en su momento se ocupó hasta de buscar compañera cuando, Georgina Klug decidió retirarse. Nunca bajó los brazos.

De esfuerzo, sacrificio y lucha estuvo hecha la trayectoria de Gallay. Este fin de semana no logró clasificar a sus cuartos Juegos Olímpicos, después de decir presente en Londres 2012, Rio 2016 y Tokyo 2020. Exigente y obsesiva por naturaleza, seguramente estará reprochándose algún punto o jugada.

No hay nada que reprochar, Gallay transformó este deporte en Argentina. Ojalá que su legado se mantenga. Ella seguramente luchará, como siempre, para que así sea.