“Si pienso en todo lo que significa irse del país siendo tan chico, tal vez, no lo volvería a hacer. Tenía muchas expectativas que te dan motivación, pero cuando llegas a otro lugar, te encontrás con otra realidad. Además, era en 2002, en un momento que no existían las redes sociales y la comunicación era muy compleja”.
Emilio Cornago, junto a su hermano Mariano, nació el ocho de junio de 1983, en la ciudad de Nogoyá. En su niñez, ambos rápidamente se involucraron con el fútbol, donde comenzaron a jugar en el club de su ciudad Sirio Libanes. Mariano también tuvo un paso por las inferiores de Rosario Central.
Cuando cumplieron 18 años, los mellizos se mudaron a Buenos Aires y entrenaron en Platense, pero su destino terminó siendo diferente: se marcharon a España. Allí, dieron sus primeros pasos en el Cartagonova y fue el principio de un gran periplo.
“Recuerdo que había un director deportivo argentino que iba a invertir en el club, pero las cosas no salieron bien para el club que contrajo una deuda y tuvo que cambiar el nombre, y nos terminamos yendo a Guadalajara, en Castilla de la Mancha, a 45 kilómetros de Madrid”.
“En ese momento, sentía que me llevaba el mundo por delante, pero no es así; tenés que adaptarte al lugar y no ellos a vos. Me costó bastante en los primeros meses, incluso algunos años”, agregó.
Luego de aventurar durante varios años junto a su hermano, tomaron rumbos diferentes y Emilio dejó su huella por diferentes clubes. El zurdo, que siempre se destacó por su despliegue por la banda, además de su capítulo en Guadalajara, en el territorio español jugó en Peñarroya CF, CD Torrejon, CD Quintanar y CD Vera, pasó por el Olympiakos Nicosia de Chipre y el Real Maryland de Estados Unidos. Sin embargo, en el camino se encontró con un lugar inimaginable que se convirtió en su segunda casa: Malta.
-¿Cómo terminás llegando a Malta?
Tenía un ex compañero que estaba jugando en un equipo de este país. Llevaba muchos años en España y necesitaba cambiar de aires, y llegué de esa manera. En Melita FC jugué durante siete temporadas y, a nivel afectivo, fue la institución más importante y la que más quiero.
¿Qué te llevó a quedarte por tanto tiempo?
El lugar para vivir es muy tranquilo y se vive bien, pero lo que más me gustó es cómo me hicieron sentir. Somos jugadores de ascenso y continuamente tenemos que estar demostrando que valemos, pero en Melita en ningún momento sentí que tenía que rendir examen y primero se preocuparon por hacerme sentir bien. Desde la primera semana, sentí que tenía que quedarme mucho tiempo.
¿Cómo es vivir en Malta?
Tenemos una vida muy cómoda. Muy tranquila, yo soy de un pueblo, entonces le doy mucho valor a eso. Hay playas hermosas, mucha cultura y es muy cosmopolita.
Once mil kilómetros de distancia separan Malta de la Argentina, pero hay costumbre que no se cambian por nada, o por lo menos para Emilio Cornago, son innegociables. En su casa en Swatar, ubicada en el centro de Malta no falta nunca el mate. Por la mañana y durante la tarde, el ritual no se altera por nada. Puede servir de compañía mientras observa algún partido por televisión o estudia. En el mismo vestuario mientras diagrama los entrenamientos o para empujar la nostalgia, pero la infusión verde nunca puede faltar.
En ese país, Emilio a fuerza de constancia y dedicación se convirtió en el extranjero que más veces a ha usado la camiseta del Melita en toda la historia del club. Dicho honor lo pone en un lugar de privilegio “La verdad que se me hubiesen dicho que me iba a quedar varias temporadas en Malta, me lo hubiese tomado a risa. Sinceramente no tenía casi referencias del archipiélago y hoy tener más de 100 partidos en el club, ser el máximo extranjero que se ha puesto esta camiseta me llena de orgullo. Acá donde me siento casi como en mi casa”.
Luego de tu etapa como jugador, rápidamente te convertiste en director técnico…
Se dio naturalmente. Cuando pasé la barrera de los 30 años, en Melita me propusieron colaborar con las divisiones inferiores y en ningún momento lo había pensado. En mis últimos años como entrenador, tuve de entrenador a Andrea Pisanu. El me hizo cambiar la mirada del fútbol completamente y desde ahí dije quiero dirigir.
¿Qué sensaciones tenés luego de lograr el ascenso a la Premier League con el Pembroke FC?
El año pasado me contactaron para ser ayudante técnico, en un buen proyecto para ascender. Por suerte, cumplimos los objetivos y pudimos lograrlo con un buen trabajo y eso es gratificante. Me lle nó de orgullo.
En vistas al futuro, ¿qué objetivos tienes?
Me gustaría tener una experiencia fuera de Malta para seguir creciendo como entrenador, pero me encantaría un nuevo desafío en cualquier lugar. Estoy abierto a nuevas oportunidades de trabajo y si el proyecto es bueno, estoy dispuesto a encarar una nueva etapa desde otro sitio.
Malta, es un archipiélago del Mediterráneo central que se ubica entre Sicilia y la costa de África del Norte. Es una nación conocida por sus sitios históricos relacionados con una sucesión de regímenes incluidos romanos, moros, los Caballeros de San Juan, franceses y británicos. Su capital, Valletta, es tan bonita que toda la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
También les encantan los idiomas; el inglés y el maltés son los idiomas oficiales, pero también se parla el italiano. Malta tiene una superficie de 316 km cuadrados, pero encierra una gran cantidad de maravillas en poco espacio.
El clima local es templado mediterráneo con inviernos lluviosos pero poco marcados (14 °C) con veranos secos y cálidos (25 °C). De hecho, solo hay dos estaciones, lo cual atrae a muchos turistas, especialmente durante los meses estivales cuando sus playas son invadidas por extranjeros. Una verdadera ciudad cosmopolita, ya que muchos aprovechan no solo sus increíbles playas, sino también para estudiar Ingles. Entones es común cruzarse con japoneses, turcos, koreanos, sudamericanos, chinos, etc.
Fuente: Revista Muy Entre Ríos / Kevin Rivero
Maria jose grosso
13/04/2022 at 5:55 pm
Me encanta ver como crece haciendo lo q ama!! Acompaño su felicidad!! Mi querido Emilio!