La entrerriana, junto a su pareja Kelly Chiavaro, tuvieron su primera hija
Por Cornago Gonzalo
Seguramente estuvo con la estampita de la Virgen de Ludovica durante todo el día. La misma estampita que le regalaron unas monjas a Aurora, la mamá de Sole Jaimes, cuando tenía tan sólo un año y su vida pendía de un hilo producto de una molesta meningitis y una diarrea virósica que la tenían a mal traer. Sole superó no sólo esa prueba, sino muchas más que padeció durante su vida. Pero, siempre, apoyada en su madre y su familia. La familia que ahora se agrandó con la llegada de su beba, a quien le puso de nombre Aurora, en honor a su mamá, a la que tanto admira y quiere. En Brasil y junto con su pareja, la arquera de Santos Kelly Chiavaro, están viviendo sus primeras horas con hija.
La idea de empezar su propia familia estaba hace varios años en la cabeza de la delantera, que lleva casi diez temporadas afuera del país. Sus pasos por clubes importantes de Brasil, Francia, China e Italia nunca la sacaron de foco, de ese foco maternal que tenía acuñado en su corazón. Sin embargo, uando se enamoró de su compañera de equipo en el Napoli, la arquera canadiense Kelly Chiavaro, todo se intensificó. Su deseo pasó a ser una necesidad que le brotaba desde el corazón.
Cuando volvieron a Río de Janeiro, Sole (para jugar en Flamengo) y Kelly (para el Botafogo), las futbolistas empezaron a viajar a una clínica de San Pablo para cumplir con el tratamiento que derivaría en el embarazo de la delantera argentina.
Soledad fue la elegida para aportar los óvulos y también para gestar por una cuestión de edad: tiene 34 años, mientras que Kelly tiene 27 y una carrera deportiva incipiente. El semen para formar el embrión fue enviado a Brasil desde el exterior.
Durante todo el tratamiento previo a la extracción de los óvulos -que incluía aplicarse inyecciones diarias en la panza-, Sole siguió entrenando de manera normal en el Flamengo. De hecho, tampoco le había avisado al club lo que estaba haciendo. “No quería adelantarme porque no sabía si iba a funcionar. Además, pensaba que era algo muy nuestro”, comentó comentado.
La argentina no dejó de ir a las prácticas o de jugar con su equipo ni siquiera cuando le implantaron el embrión. Estuvo un mes en actividad con total normalidad sabiendo que ya estaba embarazada. “El médico me había explicado que era chiquito como la semilla de un kiwi”, detalló.
Un pequeño sangrado la obligó a parar y a hacer reposo durante algunas semanas. En ese momento tuvo que contar en el club que estaba esperando un bebé.
Cuando los médicos le dieron el alta, Sole volvió a entrenarse con el Flamengo, una rutina que mantuvo hasta los últimos meses porque le hacía bien, sentía que estar embarazada no la invalidaba por estar embarazada.
Los cambios en las reglamentaciones que se hicieron en los últimos años significaron un avance para que muchas futbolistas pudieran elegir ser madres mientras aún están en actividad. Esa es una de las razones por las que Sole Jaimes decidió iniciar el tratamiento antes de retirarse.
“Hoy es ley, no te pueden dejar desamparada por estar embarazada. Seguís con tu salario igual, solamente no jugás”, contó.
A partir de un acuerdo entre FIFA y FIFPRO, el sindicato internacional de futbolistas, establecido en 2021, entraron en vigencia una serie de medidas destinadas a proteger a las jugadoras que desearan tener hijos: un permiso de maternidad de 14 semanas de baja y también la posibilidad de mantener el salario y el fichaje en el club. También se estipularon castigos e indemnizaciones en caso de que las instituciones rescindieran los contratos de las deportistas en ese período.
Más allá de estos avances, la delantera argentina también tuvo en cuenta un aspecto emocional muy importante: “Quiero que mi hija pueda ver lo que yo vivo, que entre conmigo al estadio. Quiero que lo sienta y lo vea, no quiero contarle”, dijo.
“Siempre pensé que a esta edad quedaría embarazada. Toda mi vida me cuidé, nunca tuve ninguna lesión grave ni operaciones. En el fútbol femenino se dejan muchas cosas atrás por el deporte. Yo quiero mostrar que podemos ser atletas, estudiar, formar una familia, y después volver”, señaló.
Sole, dentro del área, conoce todos los secretos. Claro, no hay un lugar del mundo donde no haya gritado goles. Cómo mamá, ahora, está dando sus primeros pasos, pero sabe que tiene a su madre Aurora como gran referente con quien está esperando ansiosa ese primer encuentro que pronto se dará. Sole Jaimes no se detiene y, una vez más, demuestra que el fútbol y el amor son dos pasiones inalienables.
Norma
26/01/2024 at 10:49 am
Sorpresa… admiración… y desearle muchos muchos éxitos desde nogoyá entre ríos!!!
Sole te queremos y admiramos besos
Sandra
26/01/2024 at 1:16 pm
Felicitaciones Sole y Kelly. Bienvenida AURORA