
Por Cornago Gonzalo
St. Albans es una ciudad histórica ubicada en Hertfordshire, al norte de Londres, a unos 30 kilómetros del centro de la capital. Tiene una rica herencia romana y medieval. Combina el encanto de un pueblo tradicional inglés con una vida cultural activa. El lugar todavía muestra restos de edificaciones y excavaciones de todas las anteriores civilizaciones y períodos históricos. Entre los edificios más notables figuran la catedral de St. Albans y la Torre del Reloj del siglo XV que se usó hasta 1863 para anunciar el toque de queda. La campana original continúa en uso. La última vez que sonó fue para el funeral de la reina Victoria de Inglaterra en 1901.
Supo combinar su legado histórico con atractivas zonas verdes. También presume de tener el pub más antiguo de Inglaterra, llamado Ye Olde Fighting Cocks, aunque probablemente, Gabriel Heinze pocas veces pase por ahí. El entrerriano eligió esta histórica ciudad, porque se encuentra muy cerca del centro de entrenamiento del Arsenal. Como es su costumbre, su vida, de momento, se limita solo a eso.

El recorrido hasta el campo de entrenamiento del Arsenal es corto y tranquilo. Desde su casa en St Albans, toma la carretera local que bordea zonas residenciales, acompañado de un paisaje de campos y árboles que anticipan la llegada al complejo deportivo. En apenas diez o quince minutos, tras seguir un tramo recto por Bell Lane y sus alrededores, llega hasta el lugar donde entrenan día a día lejos del bullicio urbano.
El Centro de Entrenamiento del Arsenal está ubicado en London Colney, Hertfordshire, alberga diez campos de fútbol con medidas reglamentarias, con drenaje subterráneo y riego automático; dos de esos campos tienen calefacción bajo el césped. Tres están destinados al primer equipo, tres a reservas, tres a la academia juvenil y el décimo se utiliza para amistosos y compromisos del equipo sub-18. Las superficies replican fielmente las del Emirates Stadium.
Cuenta con instalaciones médicas y de recuperación de última generación. Un gimnasio moderno, pista de 40 m para sprints, suites para análisis, scouting y medios. Además cuenta con canchas de squash y baloncesto, sauna, zonas de peso, restaurante interno, salas de conferencias, oficinas, aulas y un estudio de TV para contenido del canal del club.
Con una atmósfera tranquila, más cercana a un club de campo que a una instalación urbana, el predio combina eficacia profesional con un entorno que favorece la concentración, el bienestar y la exigencia máxima.

Heinze suele arribar allí a las 6 de la mañana y no vuelve a su casa hasta el anochecer. Junto con Mikel Arteta y todo el cuerpo técnico, se reúnen tres horas antes de cada entrenamiento para intercambiar información y determinar lo que viene. A su estilo, como si fuera un paciente artesano, planifica todo. Absolutamente todo.
No perdió la intensidad ni la pasión con la que vive el fútbol, pero fue cambiando con respecto a sus inicios como entrenador. En sus primeros años, se ocupada de todo, a pesar de tener gente en su cuerpo técnico que se dedicada a las distintas funciones. Quería saber el por qué y para qué de cada área. Llegó a ocuparse él mismo de tomarles las métricas y el peso a los jugadores. Fue aprendiendo a delegar y confiar en las personas que integraban su cuerpo técnico. Se dio cuenta que era imposible estar en todo. Hasta de la periocidad del regado de las canchas de entrenamiento supo ocuparse.
Nunca tomó un equipo en medio de un torneo: Godoy Cruz, Argentinos Junior, Vélez, Atlanta United y Newell´s. Siempre asumió con la pretemporada por delante. Ahora, en Arsenal, aunque no llegue como entrenador principal, sucede lo mismo. Mikel Arteta hace tiempo venía insistiendo para que se sumara a su equipo de trabajo. De hecho, el año pasado Heinze ya había estado realizando algunos trabajos en el centro de entrenamiento del equipo. Pero el Gringo no quería mezclar la amistad con el trabajo y rechazaba de forma elegante las diferentes propuestas. Tanto insistió Mikel, hasta que finalmente el ex jugador del seleccionado argentino aceptó. Heinze actualmente está más enfocado en la fase defensiva de los Gunners. Hace unos días, Alexei Rojas, arquero del Arsenal, comentó: “Siento que Heinze agregó mucho valor, trae esa intensidad, ese fuego y hambre latina. Eso puede sacar lo mejor de cada uno de nosotros y siento que es una persona muy valiosa, un agregado muy importante para este equipo”.

La relación de Heinze y Arteta fue mutando con los años, pero siempre estuvo unida por diferentes razones. París fue la primera estación que los encontró y donde se conocieron. El entrenador Luis Fernandes fue clave para ambos, ya que confió en ellos cuando pocos los conocían. En Francia, el entrerriano (4 años más grande) era como el hermano mayor del español. Inmediatamente los unió el idioma y las costumbres. Para Arteta, Heinze fue uno de sus referentes “Estuvo a mi lado todo el tiempo, detrás de mí, y me guió en todo lo que tenía que hacer en mi vida profesional, cómo tenía que entender el juego y fue una inspiración para mí”, declaró el entrenador del Arsenal.
Cuando Mikel fue vendido al fútbol escocés, mantuvieron el diálogo a través del teléfono y volvieron a reencontrarse cuando Heinze jugaba en Manchester United y Arteta estaba en Everton. Vivian a 30 kilómetros de distancia y Mikel pasaba más tiempo en la casa de Heinze que en la propia. Hasta se quedaba a dormir. Cuando Arteta formó pareja con Lorena Bernal, la modelo, actriz y presentadora de televisión española nacida en San Miguel de Tucumán, quien cuando tenía un año, se mudó con sus padres a San Sebastián (España), la relación se tornó familiar. Incluso, Arteta viajó a la Argentina y estuvieron recorriendo juntos diferentes lugares de nuestro país. El hijo mayor del entrenador del Arsenal, se llama Gabriel
Inglaterra fue un paso fundamental en la carrera de ambos, ya que consolidaron sus carreras. Heinze fue un emblema en Manchester, llegó a portar la cinta de capitán y recibió en la temporara 2004-2005 el premio Matt Busby al Jugador del Año. Un laudo que, por primera vez, era recibido por un defensor y un jugador extranjero. Pero para lograr eso, primero tuvo que entender en qué lugar estaba. Rebelde como es, en su llegada a Inglaterra no quería aprender el idoma. Ruud Van Nilsterooy fue la llave para comprender que tenía que cambiar. “Tené cuidado que el paraíso no existe; y otra cosa: un país no se va adaptar a vos, uno se te tiene que adaptar al país”, le dijo el histórico goleador neerlandés. Esas palabras del experimentado delantero lo hicieron reflexionar, cambiar su actitud y lograr todo lo que consiguió en Manchester.

Arteta comenzó a mostrar sus condiciones en Everton y eso lo llevó a jugar en el Arsenal, para ser primero jugador y luego entrenador de la institución inglesa.
Cuando ambos comenzaron sus carreras como entrenadores, intercambiaban permanentemente conceptos e información. Aunque muchas veces piensen distinto y no coincidan, saben que sus charlas son nutritivas en conceptos tácticos y estratégicos. Pero, sobre todo, en buena fe. Tanto que no les hace falta reconocerlo: se potencian porque uno mejora al otro. Cuando Heinze estaba sin trabajo, le hacía análisis de los equipos. Una de las virtudes del entrerriano es analizar muy bien a los rivales y detectar las falencias del equipo contrario.
La mayor preocupación de Heinze siempre fue su cuerpo técnico. Cuando se fue de Newell´s, estaba convencido que difícilmente iba a volver a dirigir en la Argentina. Por eso, en un momento decidió reunirlos a todos y darles libertad de acción para hacer lo que quisieran. Era conciente que, con su familia radicada en España, otra etapa en Argentina era casi imposible. Y eso que, en distintos momentos, rechazó ofertas de todos los clubes grandes del país.
Hoy su esposa e hijos están a dos horas y media de su lugar de trabajo. Y este domingo estarán acompañándolo cuando vuelva a pisar el Old Trafford para el debut de Arsenal frente a Manchester en la Premier. Por el cariño y el respeto que aún le tienen allí, seguramente, no será un día más en la primera estación de este nuevo desafío.
Heinze está disfrutando de lo que más le gusta: entrenar. Se siente muy a gusto. Está muy contento y felíz. Los jugadores lo respetan, lo valoran. Y, al no ser la cabeza principal del grupo, puede estar mucho más cercano a ellos y ayudarlos en su evolución. Otra de las cosas que más disfruta dentro del fútbol.

El Arsenal no gana la Premier desde la temporada 2003-2004, desde ese momento ha estado cerca en varias oportunidades, pero no ha vuelto a levantar el trofeo tan deseado. Y justamente el primer paso será en Old Traford, el mítico estadio donde Heinze se iba de cada partido con una ovación al grito de “Argentina, Argentina…”.
No solo será su debut en un banco de suplentes en la Premier, sino que será en la que fue “su casa”. Donde festejaba los campeonatos, con la bandera celeste y blanca enfundada en su cuerpo, con su hija Paula en brazos, su esposa Florencia, su mamá Titina y sus hermanos Sebastián, Gustavo y Hernán en las tribunas.
En cada entrenamiento se lo puede ver con una sonrisa y eso no es un detalle menor. El Gringo está recuperado su esencia. Esa que lo vio nacer y que muchas veces ocultó, para que no se conozca al Sonry de su Crespo natal.
Así como Heinze ha recuperado su esencia, los Gunners quieren recuperar la gloria de aquel recordado equipo denominado “The invincibles”.
