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Fútbol

Una más y van

25 de Mayo igualó sin goles con Ferro y, gracias a la ventaja en la ida, se quedó con el pase a la final.

Durante toda la semana no se habló de otra cosa en el ambiente deportivo de la ciudad. Se enfrentaban el equipo más ganador de la Unión Deportiva de Ligas, 25 de Mayo y el más popular, Ferro de la Villa 3 de Febrero. Un lugar en la final estaba en juego y, por supuesto, el orgullo de vencer al clásico rival.

Debió haber sido una fiesta, pero terminó en un papelón: corridas, golpes de puños entre los jugadores, agresiones al árbitro del encuentro y destrozos por parte de la parcialidad visitante en las instalaciones del Club 25 de Mayo.

Con la ventaja de haber ganado el partido de ida con gol de “Gato” Arrua, 25 de Mayo manejó el partido a su ritmo, tratando de “dormir” el encuentro y no entrar en un ida y vuelta que no le servía para nada. Con una defensa firme y un arquero de otra categoría, el Decano sabía que iba a ser difícil de vulnerar.

Jugar a no jugar era su mejor negocio. De todas maneras las únicas dos situaciones del gol en el primer tiempo, tuvieron al Decano y a Arrua como protagonistas. A los 23 minutos a través de un corner, Gato intentó un gol olímpico y la pelota dio en el travesaño. A los 35 en una salida rápida remató de media distancia el arquero dio rebote pero Lobbosco no llego a empujar el balón a la red.

A los 5 minutos del segundo tiempo, tuvo Ferro su primer llegada clara con un remate cruzado que se fue cerca del poste derecho. A los 11 minutos comenzaron los primeros inconvenientes y el partido comenzó a entrar en un clima enrarecido. Gato Arrua fue a ejecutar un tiro de esquina y la parcialidad de Ferro comenzó a arrojarle elementos contundentes. El delantero se retiró del lugar y el árbitro Fabián Margulis esperó unos minutos hasta indicarle que vuelva a intentar reanudar el juego. Nuevamente arrojaron distintos elementos al delantero, que se alejó del lugar. El árbitro pidió presencia policial, pero los uniformados llegaron al lugar sin ninguna protección. El partido finalmente se reanudó y varios minutos más tarde, volvió la policía con escudos protectores.

La misma policía que había habilitado y permitido ingreso por calle Mantegaza solamente de “hinchas” caracterizados del Decano, no podía proteger a un jugador de fútbol. Mientras tanto por la entrada principal, a los niños que iban con alguna bolsa o mochila con papelitos los revisaban y hacían mostar sus pertenencias.

A los 30 minutos luego de una combinación entre Quinteros, Lobbosco, terminó con un nuevo remate de Arrua que pasó muy cerca del arco. Sobre el final, en tiempo de adición (8 minutos) Pascual Leiva realizó una gran acción individual y le faltó claridad en la definición.

Finalmente, el encuentro culminó sin goles y el Decano se quedó con el pase a la final gracias a la ventaja conseguida en el primer partido.

Con el pitazo final, sucedió todo lo que nadie quiere ver en una cancha de fútbol, corridas, golpes de puños, agresiones, destrozos de las instalaciones de un club social, que como todos los clubes de la región, se mantienen y están en condiciones por el esfuerzo y tiempo que le dedican personas que quieren sus instituciones.

En comunicación telefónica con FM del Exodo, el comisario Javier Oertlin comentó que el árbitro del encuentro tuvo que ser trasladado al Hospital San Blas donde se le contactaron lesiones en la zona costal derecha, luego de recibir la agresión del técnico de Ferro Ignacio Alvarez.

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