Por Cornago Gonzalo
“No, Papu, no”. Esas fueron las últimas palabras que Dory Muñoz escuchó de su compañero mientras observaban, detrás del alambrado en el estadio El Pinar, cómo comenzaban a desatarse las corridas dentro del campo de juego entre jugadores e integrantes del cuerpo técnico de Atlético Lucas González y 25 de Mayo.
Para Dory, Ramón y toda su familia, Benjamín es Papu. Así lo bautizó su tío, Ramón “Cachana” Muñoz.
“Sufre una madre el dolor que produce la ausencia de un hijo
Sufre en silencio no sabe que le ha sucedido
Luego de tantos cuidados, consejos y tanto cariño
Se ha escapado un pedazo del alma, aún está perdido”.
El 26 de enero de 2001, Dory y Ramón se convirtieron en mamá y papá. La felicidad era total. Para ellos, todo rondaba alrededor de su bebé. Pero ocho meses después, todo cambió. Una noche de tormenta, Ramón, después de hacerlo dormir sobre su pecho lo acostó. Al rato volvió a verlo y se dio cuenta que su bebé ya no respiraba. Inmediatamente intentó reanimarlo y desesperado salió corriendo con su hijo en brazos, pero ya nada se podía hacer. En ese instante, todo se derrumbó.
La familia Banega vive en XX de Septiembre y todos los días viajan hasta Nogoyá para que sus hijos asistan al colegio. Mientras controla la pava que está sobre la hornalla, para preparar unos mates, Dory rememora lo sucedido: “Te juro que cuando vi a Ramón, arrodillado sosteniendo la cabeza de Benja la primera imagen que se me vino a la cabeza, fue la de ese día terrible en que perdimos a nuestro bebé. Ramón, siempre le dice que si hay algún lio en la cancha, él se quede a un costado, porque tiene terror que le pase algo”. Y agrega: “Ramón no entró como hincha a la cancha, entró como padre. Están todas las imágenes en la que se ve, que él lo que hace es ir a ver a su hijo, que era lo único que le importaba. Se ve también, como llama desesperado a la policía para que lo atiendan a nuestro hijo que estaba perdiendo sangre y nadie le da respuesta. El estaba solo con nuestro hijo ensangrentado y Agu Rodríguez, jugador de 25, con quienes jugaron juntos en Deportivo. Nadie más se preocupaba por un chico de 17 años que estaba sangrando. No recibía ningún tipo de asistencia y en la desesperación, reaccionó como reaccionó, contra quien había lastimado a Benja. Ramón no fue el único que ingresó al campo de juego, pero fue al único que detuvieron. En las imágenes también se ve como los demás que ingresaron a la cancha, que no eran padres que estaban preocupados por la salud de su hijo, los dejaban irse.”
-¿Creés que estuvo bien en reaccionar así?
-Nada que empañe un partido de futbol está bien, para nosotros los domingos son lo más lindo que tenemos. Lo disfrutamos un montón en familia y que haya pasado esto es muy triste. Pero Ramón actuó como padre, no como hincha. Él siempre le remarca que no tiene que meterse en problemas ni nada, pero cuando se encontró a su hijo así, la situación lo desbordó. Nadie lo ayudaba para poder llevarlo a una ambulancia y lo atiendan como corresponde. Este año, ellos habían vivido el sueño que tenían que era poder jugar juntos. Ramón se fue en moto del XX donde nosotros vivimos, hasta Lucas González, llorando. Era la persona más feliz del mundo, por poder compartir eso con su hijo. Hace poco fue el cumpleaños de Benja, entre nosotros y los tíos juntamos plata para poder comprarles unos botines. Siempre hemos estado metidos en el deporte, antes con la Escuelita de Atletismo de Dani Taborda, siempre colaborando y ayudando para que todos los chicos se involucren en el deporte que están importante. Ahora en el XX también estamos colaborando y ayudando a todos los que quieren iniciarse en las actividades deportivas.
-¿Cómo se encuentra actualmente tu hijo?
-Por los golpes que recibió, el médico le dijo que tiene traumatismo y mucha sangre en el ojo. Tiene que volver a hacerle otro fondo de ojo, lo que todavía no sabemos es si por los golpes, puede perder visión en el ojo, por los coágulos de sangre que tiene. Hasta el momento no hay desprendimiento de retina, pero hay que tener cuidado en algunos síntomas que pueden llegar a aparecer.
Foto: Mirko Reynoso
