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El entrerriano detrás de Francisco Cerúndolo

Es sin duda el apellido de moda en el tenis de Sudamérica, los Cerúndolo han revolucionado el mundo de las raquetas en dos semanas.

Es sin duda el apellido de moda en el tenis de Sudamérica, los Cerúndolo han revolucionado el mundo de las raquetas en dos semanas.

Francisco (22 años) y Juan Manuel (19), son los primeros hermanos tenistas en llegar a finales del ATP Tour en semanas consecutivas desde que el alemán Mischa Zverev fue subcampeón de Ginebra 2017 y, siete días después, Alex ganó el título de Roma. El registro es de alto impacto, claro. Pero será más impresionante si el mayor obtiene el Argentina Open: este domingo, desde las 15, definirá ante Diego Schwartzman. En ese caso, tras la conquista de Juanma el domingo pasado en el Córdoba Open, serían los primeros hermanos en la Era Abierta en ganar títulos en semanas consecutivas.

Los hermanos Cerúndolo

Detrás de Juan Manuel, que derrotó en las semifinales al español Albert Ramos Viñolas por 7-6 (7-5), 3-6 y 6-2, se encuentra el entrerriano Walter “Wally” Grinóvero. Trabajo y mucho de sacrificio son algunas de las claves que ha llevado a Grinóvero a permanecer 20 años trabajando de lo que le gusta: entrenar jugadores de tenis. Ha recorrido el mundo con un bolso raquetero junto a José Acasuso, “Charly” Berloq, la joya chilena Nicolás Jarry y en la actualidad ha ido forjando a una de las esperanzas del tenis argentino: Francisco Cerúndolo.

Grinóvero viene de una familia tradicional del automovilismo, de hecho el mismo Wally es fanático de los fierros y tiene como ídolo a Omar “Gurí” Martínez. Grinóvero cuenta cuales son las claves para poner a punto los motores de sus jugadores y como trabaja: “He tenido la suerte de tener grandes jugadores que entendieron el mensaje. Siempre me adapté a lo que los jugadores necesitaban. No los entrené a todos por igual, ni maneje a todos por igual. Creo que uno de los secretos no fue imponer cosas, sino potenciar lo que ellos ya tenían. La única posibilidad de obtener un buen resultado es estar preparado. Si uno se esfuerza el, éxito llega, hay que convencer al jugador de intentarlo. El ganar no es el triunfo en si, sino la superación personal de un jugador”

Desde la vuelta a la actividad del circuito, en agosto pasado, Cerúndolo escaló más de un centenar de posiciones, desde el 247° escalón. Con lo sumado en Buenos Aires se ubicará el lunes próximo en el puesto 112°, que lógicamente también será el mejor de su aún corta carrera. Falta aún un último paso, claro, el que tendrá este domingo frente a Diego Schwartzman, nada menos que el número 9 del mundo. Pero ya nadie podrá quitarle el enorme salto que dio en una semana que le cambió por completo su carrera. Además Cerúndolo puede convertirse en el primer argentino ganador en Buenos Aires en 13 años, desde aquella victoria de David Nalbandian sobre José Acasuso, y el primer finalista en el ATP porteño que llega desde la qualy desde que el propio Acasuso lo logró en 2001.

Wally Grinóvero junto a Rafael Nadal

Cerúndolo ejerce un poderío tremendo en tierra, pero su juego es trasladable a otras superficies. Su capacidad de acelerar la bola es tremenda, desbordando a sus oponentes con golpes planos y potentes. Se planta en el centro de la línea de fondo, no pierde pista y arrolla como un tráiler a rivales que no pueden competir con su velocidad de bola. Dicta en todo momento el juego, apuntando a los lados de la pista que ha seleccionado previamente. Por momentos es un juego arrollador, aunque también sufre de ciertos altibajos a lo largo del duelo.

“Yo me caracterizo en la derrota, es donde más fuerte me hago y donde más aprendo. Y utilizo los resultados negativos para algo positivo, para el crecimiento. Yo he mejorado en la derrota, porque eso me ha llevado a superarme para encontrar el sistema, el método para motivar al jugador de seguir intentándolo. Para mí la derrota es mi victoria. Me asusta más el ganar que el perder” comenta Wally que mañana domingo volverá a sufrir desde la tribuna del emblemático court de Palermo. Un luchador del tenis que cada vez se fija objetivos mayores: “Desde chico fui construyendo una pasión con el tenis que me llevó a hablar tres idiomas, conocer el mundo y el tenis me ha dado mucho más de lo que yo pensaba. Me quedan muchas cosas por conseguir, En general he tomado jugadores con ranking bajo y los he llevado a meterse bien en el circuito. Hoy creo que es el momento de manejar a un consagrado y hacerlo aún mejor”.

Estudioso, inquieto e intuitivo vivió 9 años en Francia y tiene por Roland Garros una debilidad especial y ha conseguido allí grandes resultados con sus jugadores. Está permanentemente buscando nuevas herramientas para mejorar él y sus jugadores. Ha realizado cursos de Marketing y Neurociencias para evolucionar y ser mejor profesional. Utiliza la actividad física, a la que le dedica más de una hora por día, como terapia.

“Para el jugador somos una persona muy importante y siempre vienen a buscar un consejo, entonces tenés que estar preparado y tener las mejores herramientas. Nosotros somos el jefe de nuestro propio jefe. Por eso es tan importante los procesos y eso hace que puedas ir armando al jugador, en un crecimiento paulatino que sirve para construir con bases firmes. Francisco tiene potencial para estar entre los 50 mejores y a partir de ahí no tiene límites, mi responsabilidad es llevarlo hasta ahí. No hay muchos tenistas argentinos con su estilo. Es un jugador muy versátil y se adapta a todas las superficies. Es muy agresivo. No hay que invadirlo, saber manejar sus tiempos. La relación con sus amigos es muy importante, como también es importante la lectura que yo haga para que el pueda rendir bien”

Francisco Cerúndolo no se queda sólo con el tenis y amplía las posibilidades para su futuro: está en el segundo año de Economía en la UBA. “No es nada fácil. El año pasado fue el primero, se me hizo fácil, pero en la segunda mitad empecé a levantar en mi ranking. Lo terminé impecable”, relata el jugador.

“Ahora sigo estudiando, pero se me hace cada vez más difícil, porque mejora el ranking, eso implica más viajes, mejores torneo. En los tiempos libre leo, estudio, copio algo, y no me atraso tanto. Cuando estoy acá trato de ir a rendir. Si me va mal no me enojo porque no es mi única prioridad”, sentencia con tranquilidad sobre los pasos a seguir.

La relación entre los tenistas no es fácil ya que conviven muchas horas por día y durante las giras europeas son casi con las únicas personas que tienen contacto. Con respecto a esto Grinóvero explicó: “El respeto es clave en la relación con el jugador e irle con la verdad. Equivocado o no, pero con la verdad. El jugador se da cuenta si le mentís o no y valora mucho eso. El jugador entiende que uno lo exige para lograr lo mejor de él. Yo en algunas oportunidades le he dicho al jugador ‘hasta acá llegamos’ porque creía que era lo mejor para él. Muchos amigos me han querido matar, pero yo hacía lo que sentía”. Francisco Cerúndolo está dejando una marca y se ha convertido en la nueva esperanza del tenis argentino. Detrás de él, un entrerriano trabaja en silencio como un orfebre para lograr que brille en todo su esplendor.

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